martes, 4 de agosto de 2015

El blog de José Mari

Bueno, hola a todos. Sinceramente, no se si a alguien le interesará lo que publique en mi blog, pero he decidido hacerlo porque necesito algún medio para soltar todo lo que llevo dentro. Me gustaría contarle a un buen amigo todos mis problemas, escuchar sus consejos y decidir juntos que sería lo mejor y lo peor, pero me he quedado sin amigos. No quiero que nadie se ofenda, pero hablo de amigos de esos que les puedes pedir a las 3 de la mañana que de salir porque tienes un problema y aceptan sin vacilar. Amigos que puedes contarles hasta lo más íntimo, que nunca te acusarán de nada y guardaran tus secretos incluso mejor que tu mismo. Sé que tengo colegas, compañeros y amigos que aprecio y valoro, y que (espero) les caigo bien, pero ya no tengo amigos íntimos. Perdí el último.
Hará una semana desde que cortamos relaciones. Fue una estupidez lo que ocurrió, seguramente debida a una falta de comunicación. Quizás debí haberle contado algunas cosas que me mosquean de él, quizás debió darse cuenta de que sus actos podían molestarme... Este corte de relación fue por parte mía, cuando me enfado mucho, mi cerebro me dice que deje de hablar con esa persona, que es tiempo perdido, uno de mis numerosos defectos. Seguramente ni sepa el por qué dejé de hablarle. No me equivocaría si afirmo que es un silencio doloroso, nunca es plato de buen gusto que un buen amigo te deje de hablar sin saber el motivo que le lleva a ello. Cada vez que pienso en lo que produjo mi enfado, me divido en dos partes, la del amigo que debe hablar con él, que ha compartido tanto y sabe que puede confiar; y la del propio enfado, ya que siento que cometió no unas, si no varias faltas de respeto hacia mí, que una no importa, ya que somos amigos, pero cuando se suman más de las que uno se puede permitir, se siente como si tu amigo te degradase de rango. Puede que me equivocase y le diese más valor como persona que la que él me da, o, lo que dije antes: falta de comunicación. Me pone triste pensar que una buena amistad acabase de esta forma, pero no creo que volvamos a hablar. Aún me siento ofendido, y si algún día se me fuese este agrio sentimiento, dudo que él quiera volver a hablar después de cortar la relación de esta manera.
En el fondo de mi corazón todavía lo veo como un amigo, cuando veo una imagen que me hace gracia me acuerdo de él para pasársela y reírnos juntos; cuando quiero ir a algún lado pienso en él para que me acompañe... Algunos lo llamarán orgullo, que me ciega y enturbia una amistad. No se que hacer con este tema, de verdad. Me supera. El tiempo mostrará las consecuencias.
Odio empezar un blog con una entrada tan triste, pero necesitaba soltarlo, está afectando a mi humor. Estos días y, sin temor a equivocarme, seguiré así de mal una temporada larga.

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